A pesar de que consideremos que tan solo afecta a las personas mayores, también los jóvenes están en riesgo si encajan con alguna de las situaciones de riesgo del TVP
No es muy común, pero puede ocurrir, incluso si somos jóvenes y tenemos buena salud. Ninguna persona está exenta de sufrir un coágulo de sangre en una vena de la pierna. En la mayor parte de casos, esta trombosis venosa profunda (TVP)
desaparece sin mayor problema, pero cabe la posibilidad de que el coágulo se desprenda y se traslade a los pulmones. Es entonces cuando se puede producir una embolia pulmonar, que según los datos del INE, mató en 2015 a 4.167 personas, de las cuales el 60% son mujeres.
La mayor parte de las muertes se producen entre la población de 85 y 89 años (con 827 casos) y superior (628 defunciones entre las personas de 90-94 y 204 para los mayores de 95). Pero hay también un muy pequeño porcentaje de jóvenes que fallecieron por esta enfermedad. Hasta seis personas de entre 15 y 19 años, 15 de entre 20 y 24, 14 de entre 25 y 29, 16 de entre 20 y 34 y 40 entre 35 y 39. En total, 91 menores de 40 años fallecieron a causa de una embolia pulmonar. Una cifra que aumenta a medida que envejecemos.
El cáncer o el lupus aumentan la coagulación de la sangre, así como el tabaquismo o tomar estrógenos como los de las pastillas anticonceptivas
No es muy común, pero puede ocurrir, incluso si somos jóvenes y tenemos buena salud. Ninguna persona está exenta de sufrir un coágulo de sangre en una vena de la pierna. En la mayor parte de casos, esta trombosis venosa profunda (TVP) desaparece sin mayor problema, pero cabe la posibilidad de que el coágulo se desprenda y se traslade a los pulmones. Es entonces cuando se puede producir una embolia pulmonar, que según los datos del INE, mató en 2015 a 4.167 personas, de las cuales el 60% son mujeres.
La mayor parte de las muertes se producen entre la población de 85 y 89 años (con 827 casos) y superior (628 defunciones entre las personas de 90-94 y 204 para los mayores de 95). Pero hay también un muy pequeño porcentaje de jóvenes que fallecieron por esta enfermedad. Hasta seis personas de entre 15 y 19 años, 15 de entre 20 y 24, 14 de entre 25 y 29, 16 de entre 20 y 34 y 40 entre 35 y 39. En total, 91 menores de 40 años fallecieron a causa de una embolia pulmonar. Una cifra que aumenta a medida que envejecemos.
El cáncer o el lupus aumentan la coagulación de la sangre, así como el tabaquismo o tomar estrógenos como los de las pastillas anticonceptivas
En el año 2010, una mujer de 41 años falleció a causa de un trombo en su pierna izquierda después de torcerse el tobillo y ser diagnosticada con fractura de maleolo del peroneo, un caso que llevó a que el Hospital de Jerez fuese denunciado por atención deficitaria. Algo semejante había ocurrido en el Hospital de Montilla (Córdoba), donde la Fiscalía pidió prisión para un médico acusado de homicidio por imprudencia grave después de la muerte de un joven de 31 años por tromboembolismo pulmonar, tras ser dado de alta con un diagnóstico de esguince de tobillo izquierdo.
Son dos casos muy similares que apuntan a una misma realidad: no solo se trata de una dolencia difícil de diagnosticar, sino que por eso mismo, el tratamiento recibido no es el adecuado. En el caso del hospital cordobés, no se prescribió heparina de bajo peso molecular que habría contribuido a diluir el coágulo. De ahí que conocer los síntomas, el tratamiento y las posibles causas puedan salvar más de una vida.
El TVP, en primer persona
Lo explica una joven de 24 años llamada Renée Pindus en la revista ‘Health’: lo que comenzó como un simple entumecimiento estuvo a punto de causarle la muerte si no hubiese acudido a tiempo al médico. Su caso es ejemplar, ya que es una deportista activa que mantiene una dieta saludable, no fuma ni bebe ni tiene antecedentes familiares. En definitiva, a simple vista no encaja con ningún grupo de riesgo.
El viaje a París podría haber precipitado que el coágulo se desplazase desde la pantorrilla hasta los pulmones, lo que la podía matar
Todo comenzó con un calambre de madrugada en el gemelo, algo muy habitual tras la práctica de ejercicio. En los días siguientes Pindus se limitó a aflojar la carga de deporte, pero en la cuarta jornada los calambres eran tan frecuentes y dolorosos (duraban un cuarto de hora) que acudió a urgencias. El reconocimiento no mostraba nada extraño, ya que no había ni hinchazón, ni enrojecimiento ni calor. Tuvo que ser el radiólogo quien finalmente encontrase un coágulo en el gemelo de su pierna izquierda y le recetase un tratamiento “por si se desplaza desde tu pierna hasta tu corazón o pulmones, causando una embolia pulmonar”.
¿Qué ocurría en el caso de Renée? Había dos factores que la ponían en especial riesgo. Por una parte, tomaba la píldora anticonceptiva, que puede influir en la coagulación de la sangre. Además, acababa de realizar un viaje de cinco horas en autobús, y pasar sentada un largo período de tiempo sin mover las piernas aumenta las posibilidades de que aparezca el TVP. Además, estaba a punto de viajar a París, lo que le habría llevado a pasar otras cuantas horas sentada. Esto “podría haber precipitado que el coágulo se desplazase desde mi pantorrilla hasta mi corazón o pulmones, pudiendo potencialmente matarme”. ¿Moraleja? No dudes en visitar a un doctor si es necesario; se puede salvar más de una vida.
Quién tiene un mayor riesgo
Los mayores de 60 años son aquellos que tienen más posibilidades de morir a causa de una embolia pulmonar, como hemos visto. En parte, porque pasan mucho tiempo sentados, tumbados o sin mover las piernas, lo que aumenta sensiblemente el riesgo. Otros factores que recoge ‘MedlinePlus’ son tener un catéter de marcapasos de la vena hasta la ingle, los antecedentes familiares, las fracturas en pelvis o piernas, el embarazo, la obesidad, haber dado a luz o haber sido operado recientemente.
Determinadas enfermedades como el cáncer o el lupus aumentan la coagulación de la sangre, así como el tabaquismo o tomar estrógenos como los de las pastillas anticonceptivas (aún más letal en el caso de que se trate de una fumadora). Entre los síntomas más evidentes, aparte de los calambres constantes y dolorosos, se encuentran el enrojecimiento e inflamación de la pierna, por lo general en la parte inferior del muslo y en un único lado del cuerpo.
El tratamiento se realiza a través de heparina, un disolvente de la sangre que impide tanto que se formen nuevos coágulos en la sangre como que los existentes se vuelvan más grandes, y suele ser administrada por vía intravenosa. El tratamiento dura tres meses, por lo general, aunque algunas personas pueden llegar a tomarlas durante el resto de su vida. Según Merck Manual, el TVP de las extremidades inferiores sin tratamiento tiene un 3% de posibilidades de ser letal.
Los síntomas del síndrome postflebítico pueden ser confundidos con los de la TVP aguda, ya que produce dolor, enrojecimiento e hinchazón
Aunque en la mayor parte de los casos el coágulo desaparece sin mayor problema, en ocasiones puede provocar un efecto secundario conocido como síndrome postflebítico, una insuficiencia venosa crónica que puede llegar a afectar a entre el 20 y el 30% de los pacientes de TVP. Por si fuera poco, además, sus síntomas pueden ser confundidos con los de la TVP aguda, ya que produce dolor, enrojecimiento e hinchazón (y, en un grado superior, aparición de úlceras en las piernas). ¿El tratamiento? Por lo general, se utiliza una media para la compresión de la pierna y mantener las extremidades elevadas cuando se está sentado.